Los componentes del agua se clasifican por su estructura molecular y su tamaño. Los solidos gruesos se pueden filtrar, flocular o sedimentar. Las moléculas de oxígeno y los iones del agua por el contrario, son partículas que por su pequeño tamaño (> 10m-3 micras), no causan abrasión ni obstrucciones, pero con el tiempo se concentran, cristalizan y acumulan como incrustaciones y oxidación. Esto se debe a sus reacciones iónicas y al campo paramagnético o atracción electrostática de sus moléculas. Estas reacciones son más severas en generadoras de vapor y circuitos de refrigeración, donde los procesos de evaporación y recirculación los concentran y los precipitan sobre las superficies metálicas.